27 marzo 2007

Limon i sal


El sábado pasado, en mi “tradicional” cena de cada dos/tres y a veces, incluso, cuatro meses con N y Cl, me tocó a mi (para variar también) elegir el sitio. Y cada vez me lo ponen más difícil porque N está casi a la misma altura que yo en el descubrimiento de sitios, pero ella se niega a reconocerlo…

Así que pensando, pensando me acordé de un restaurante en el que cené en las pasadas fiestas de Navidad y que me había dejado un buen sabor de boca, por lo que pensé que repetiría.

Reservamos para las 9.30 y nos fuimos dando un paseo. Puede parecer que está más lejos de lo que está, y si además no llueve y no hace demasiado frío, el paseo es incluso necesario para abrir un poco el apetito (y para poder beber vino sin tener que dar positivo en los controles de alcoholemia).

Al final, después de dar alguna que otra vuelta, dimos con el sitio (es que esa zona es muy nueva para mi). Y allí teníamos nuestra mesa esperándonos.

El local, pintado con tonos verdosos, es amplio pero las mesas están bastante separadas entre sí, lo permite que no sea excesivamente ruidoso. La cocina puede ser observada desde una amplia cristalera, donde vas viendo como los cocineros van elaborando las distintas comandas.

De la carta nos hubiéramos pedido todo pero como eso no era posible, por mutuo acuerdo, elegimos una serie de platos al centro y así ir picoteando distintas cosas. Por lo que nos decidimos por el foie con pan de especias, las habitas con cigalas y jamón, un solomillo con patatas y bacon y rape.
Y para beber... un jumillano (como no, jejejeje).

Mientras esperábamos tomando una cerveza nos trajeron de aperitivo un chupito de sopa de pescado que estaba bastante bueno.

Del foie que voy a decir... A cualquiera que le guste este plato tengo que decirle que se lo pida, sin lugar a dudas, pues estaba buenísimo.
Los otros platos también estaban muy buenos, prefiriendo yo más la carne que el pescado, pero ambos platos cayeron.

Y aunque toda la elección de platos fue elegida democráticamente, cuando llegó el postre estábamos entre dos postres, el de chocolate y el strudel de manzana… pero al final nos decantamos por el de chocolate (mmmmmmm...) y dejar al Sr. Strudel para otro día, jejejeje.

La cena estuvo estupenda, nos atendieron muy bien y bastante rápido incluso teniendo, por segunda noche consecutiva, una cena multitudinaria en el mismo sitio, pero claro también es la suerte de haber llegado bastante antes que ellos.

De precio, con vino y postre, salimos a 30 euros por cabeza.
Y sin duda repetiré, pero esta vez sin N, porque este ya se lo conoce.

Como nota curiosa diré que el sitio también es una Escuela de cocina donde dan distintos cursos, incluso para niños (lo cual es bastante interesante para padres que no saben que planes hacer con sus pequeños el sábado por la mañana).

“Limón i sal” está en la C/ Navegante Macías del Poyo s/n (La Flota). Tfno. 968 964 820

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