26 junio 2007

La Fonda (Barcelona)


Cuando uno se va de viaje a una ciudad siempre teme meterse a comer a los sitios más céntricos por el riesgo de que la factura de la comida/cena sea casi tan cara como el resto del viaje… pero no, todavía existe algún que otro sitio donde comer bien, cantidad y calidad en pleno centro de la ciudad condal,y que implique pagar LO JUSTO.

Y sí, con esos datos, de los que yo ya disponía con anterioridad, nos aventuramos, en un día de esos de pateo por las Ramblas y habiendo pagado la novatada el día anterior (2 cañas y 4 croquetas rancias, que se quedaron en el plato… 20 EUROS!!!!!), en este sitio.

En una calle perpendicular al conocido paseo, sin desviarse de las rutas turísticas, te encuentras en una esquina este restaurante y que probablemente puedas pasar de largo sin percatarte de su existencia, a pesar de que pequeño no es.
Sabiendo que no reservan mesa a ninguna hora, fuimos relativamente temprano (a las 14 horas), ya que entre que llegas, te sientas, piensas lo que pides, te tomas una cerveza, ya se te hacen las 14’30 y ya es una hora más acorde para empezar a comer.

Los no fumadores somos colocados en la parte superior del restaurante, mientras los dados al vicio del tabaco, son ubicados en la parte de abajo. Las mesas están un poco juntas entre sí pero teniendo en cuenta que lo que tienes a un escaso metro es un americano, un indonesio, un japonés o un lo que dices.

Mi primera grata impresión me la llevé al ver la cantidad de platos que había en la carta, bastante apetecibles y sobretodo a unos precios de risa!!! Un solomillo de ternera a 7 euros, un plato de pasta con salmón a 4’5 euros, un calamar con tinta a 5 euros… vamos, que llegué a pensar que las raciones serían más minimalistas que en el Bulli.

Pedimos, croquetas de pescado y jamón (2 de cada) y unos calamares rellenos de tinta al centro. Para mi, de segundo, un tournedo (solomillo) de ternera que me sirvieron con salsa y acompañado de arroz.
Y conforme fueron llegando con cierta agilidad descubrí que las raciones eran bastante grandes (¿me cobrarían el doble?).

Que puedo decir, que estaba bastante rico todo y que enseguida ya estaba llena. También tuve la oportunidad de probar el plato de bacalao y estaba también bastante bueno.
De beber unas cervezas y agua, que había que seguir pateando por la tarde.

Los camareros de distintas nacionalidades (en nuestra zona no se repetía ninguna) te iban sirviendo con bastante agilidad y muy amables.
El único “pero” lo puso el momento del café, pues pedir un “café sólo” significa coger una taza ponerle literalmente 10 gotas (no más, lo puedo asegurar) y servírtelo en una taza aún más pequeña (vamos que un caramelo de café lleva más cafeína que eso). Pero reconozco que nos hizo reírnos bastante en la sobre mesa (e irnos a otra cafetería por la zona, bastante chula a tomar otro algo “más cargado”).

Y cuando pedimos la cuenta y vimos que salíamos a unos 17 euros por persona, con toda las cosas que habíamos comido y lo bien que estaba todo, ya nos quedamos encantadísimos. Ahora entiendo porque está siempre hasta los topes (creo que tuvimos mucha suerte en encontrar mesa).

Así que si vais de de viaje por allí y queréis comer por el centro, no dejéis de visitar este sitio.
Lo encontraréis en el Carrer Escudellers, 10. Como no reservan mesa, no hace falta el teléfono.
Ah!! Y aceptan tickets restaurante, jejejeje
* Pendiente de poner las fotos cuando pueda sacarlas de mi ordenador (si, ese que no funciona...)

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