12 noviembre 2007

Restaurante Acuario

Viernes noche, comienzo de fin de semana y prefiesta de cumpleaños. Nos merecemos una buena salida...
Así que, aunque al principio íbamos C. y yo a cenar aquí para hacer tiempo antes de que comenzara la fiesta, se nos unieron “Sushi de anguila” y Pe. (la versión mejorada 2.0 - esto es - rubia y murciana).
Con reserva previa para las 22 horas (no vaya a haber sorpresas después) comenzó nuestra cita.
El sitio acogedor, con un cierto aire vintage que lleva a dudar si le hace falta un aire de modernización o realmente eso es lo que está de moda hoy en día. Paredes de tonos salmón, sin complejos (que voy a decir yo, que me gustan los colores fuertes) y en una de ellas se levanta esa magnifica Catedral murciana - construida con terrones de azúcar - que es ya un clásico del local.

* Detalle de la Catedral de terrones de azúcar


Nos fuimos acomodando en la mesa, y mientras tomábamos unas cervezas, fresquísimas por cierto, nos pusimos a comentar la semana casi olvidando elegir los platos. Por fin nos centramos en el asunto, no sin que antes vinieran a tomarnos nota en un par de ocasiones, y nosotros sin haber separado aún las hojas de la carta…
Para el centro, Bocaditos de Magra y Foie (uno por cabeza) y 2 Crepes Tres Delicias (así mitad para cada uno).

* Foto de los bocaditos de magra y foie

Ya cada uno pidió su plato, los chicos pescado y las chicas carne (los tiempos están cambiando, jejejeje). A mi me seducía el Chateaubriand de solomillo con trompetillas de la muerte (seguimos en otoño, todo lo que lleve setas a mi me chifla); Pe., una Perdiz en Hojaldre; “Sushi”, una Lubina salvaje con boletus perfumado; y C. optó por un pescado fuera de carta para saciar su apetito, Atún de hijada.
* "Mi" Chateaubriand de solomillo con trompetillas de la muerte...

De beber, con una carta de vinos bastante variada, opté, previo acuerdo de la mesa elegir un Divus Crianza (vino jumillano que, hasta el momento, no me ha decepcionado).

Los Bocaditos, servidos en plato bastante caliente y ración por persona estaban ricos, pero lo que de verdad me cautivó fue el Crepe. Vale que uno mismo se pone y quizá lo hace en su casita, pero mientras me pienso si lo hago o no lo hago, me quedo con ese (por cierto, relleno de jamón y queso, mmmmmm…)
Después fueron llegando los platos. Con muy buena pinta todos pero sobretodo me quedo con el mío (que fue el que probé), acompañados aparte de las trompetillas, de unas castañas asadas que estaban riquísimas (si, si, este si que es un típico plato de otoño y lo demás tonterías).

El resto de comensales manifestaron que los suyos estaban muy ricos, pero deberían de ser ellos lo que comentasen sus platos, porque yo con el mío ya tenía suficiente.
El Vino me gustó, ya sabía lo que pedía, aunque el resto no quedó tan cautivado como yo (aaaaaaaaah, no haberme dejado a mí elegir, jejejejeje)

El Servicio, rápido y atento, pendiente de que tuviésemos todo en orden. El Postre no lo probamos, teníamos otro encuentro en un bar (había que dejar hueco… la próxima vez será).

De precio, 39 euros por persona (bien los vale). Recomendado para una comida de trabajo o bien para llevar a tu pareja a un sitio tranquilo, alejado de ruidos y aglomeraciones.

* Colores fuertes predominan en el comedor

El restaurante está en la Plaza de la Puxmarina 1. Teléfono: 968 219 955

2 comentarios:

sushi de anguila dijo...

La verdad es que todo lo que cenamos me pareció muy rico. Me gustaron muchísimo los bocaditos de magra y foie, y la lubina, salvaje, jugosa y en su punto, así como su guarnición.

Coincido en todo con Alboroque menos en el vino, que simplemente probé, pues no quería encebollarme mucho para la fiesta posterior. Tal vez sea porque los chicos optamos por cenar pescado o tal vez porque la botella no era la mejor de la cosecha, pero me pareció algo fuerte y un poco ácido de más. Tal vez ese día tenía las papilas gustativas de turismo, no sé, pero el caso es que, si de comida hablamos, el Acuario nunca decepciona por la cuidada presentación y las materias primas de primera calidad que caracterizan a sus platos. Aunque, como viene siendo habitual en las comidas y cenas alboroqueras, el mejor ingrediente continúa siendo la gente que participa en cada uno de los ágapes.

Anónimo dijo...

Lo de servicio atento es poco... si hasta nos quitaban los platos sin haber terminado!!!. Los postres muy buenos eh. El vino lo sirvieron caliente de más

seitor