19 octubre 2007

Paco Gandía (Pinoso)


Tenía ya muchas ganas de ir a este sitio, y después de varios intentos (difícil coordinación de fechas), nos decidimos el sábado del pasado puente.
La distancia no es lejana - unos 50 kms desde Murcia capital - pero una mala carretera comarcal llena de curvas en su comienzo hace que el trayecto sea de casi una hora de reloj. Pese al viaje, tras la comida, merece todo la pena. Ya explicaré porqué.

Centrémonos: Pinoso, pueblo de 7.500 habitantes del Vinalopó Medio (Alicante) cerca de Yecla, Jumilla, Novelda... Con suerte, después del diluvio caído por esa zona el día del Pilar, nos hizo un día estupendo para poder haberlo aprovechado haciendo alguna excursión a Bodegas (que hay unas cuantas), pero que al final no hicimos.

Con mesa reservada a las 3, llegamos con bastante antelación. Pero al no estar el local suficientemente señalizado, estuvimos rodeando el pueblo un buen rato (casi casi hasta la hora de la reserva). Al final, con un pequeño cartel en una pared, como si estuviera ubicado dentro de una casa… dimos con el sitio.

El local, pequeño, acogedor, con capacidad para unos 30 / 35 comensales, está austeramente amueblado, exceptuando alguna alacena llena de botellas de vino. Ya se percibe que realmente ahí por lo que se busca sorprender no es por la decoración. Al atravesar la puerta, te inunda un olor a Arroz de leña que automáticamente hace que las papilas gustativas se pongan en funcionamiento en un acto reflejo...

Nos sentamos en nuestra mesa y de inmediato vino el Sr. Gandía a ofrecernos qué comer. Allí no hay carta. Hay unos pocos entrantes, una ensalada, y luego el arroz (y el postre para los muy orcos). Por encargo, otros platos, pero de primeras eso es lo que hay.
De todos los Entrantes ofrecidos, están los Caracoles en salsa (no, que el arroz ya los lleva), el Conejo al ajillo (tampoco que sería redundante), la Morcilla (“sí eso”, aunque a mi no me entusiasme mucho), más una Ensalada de la casa. Con eso y el Arroz, vamos casi servidos.
Antes de nada nos pusieron una Mojama con almendras, un trozo por cabeza, que estaba buena aunque a mi, a estas alturas la mojama ya no me sorprende...
De Beber, sin ver la carta de vinos, el dueño - con ese aire de seriedad que tiene - nos recomendó uno de la tierra, un Sequé de la bodega de Agapito Rico (bueno, vale, si el resto está de acuerdo…).



La Morcilla, muy buena, su sabor es más suave que la ya conocida por nosotros. Sin entusiasmarme, me comí más de lo que pensaba. La Ensalada, enorme (yo con eso como hoy y mañana y todavía creo que me sobra). Muy rica, variada, llena de todo tipo de ingredientes.

Seguidamente nos pusieron la sartén primera en el centro de la mesa (la que evita que te quemes con la paellera). Y... el Arroz. Por fin!! Acababa de llegar el momento del que grandes cocineros españoles de la talla de Ferrán Adriá, Arzak, y Subijana, habían comentado en algunos artículos suyos… y allí, en el centro de la mesa, estaba la gran paella, con un dedo justo de arroz, esperando a que yo lo probara… y la verdad… NO ME DEFRAUDÓ.
A mi me gusta el arroz en todas sus variedades (hasta el blanco). Es muy difícil que me decepcione alguno (así de sencilla soy yo, jejejeje). Pero este estaba sublime. Fue entonces cuando me dí cuenta de que había merecido la pena hacer el trayecto. Los caracoles no son como las Serranas que ponen por aquí, quizá menos sabrosos, pero el conjunto del arroz, el azafran, los caracoles y el conejo daban como resultado una mezcla indescriptible. Exquisito. Consejo: No dejar de comerse el “socarrat” (el arroz pegado y tostado que va quedando en el fondo, cuando ya te has comido el de la parte superior).



* Antes de la paella...

* Durante la paella...



* Tras la paella... :-D

El vino, aceptable. Sabor más afrutado y a mi me gustan lo más intensos.
Postres al centro. Un plato de distintas frutas de temporadas que entraba por los ojos y por la boca. A destacar la naranja caramelizada y la granada, fruta típica otoñal. Después un variado de distintos trocitos de tarta que cayeron como si no hubiéramos comido en toda la mañana.
De precio, elevado para el tipo de comida que es, unos 45 euros aproximadamente por persona. Regados con una invitación de un mosto casero elaborado por la “misma casa” (buenísimo también, aun punto de acidez justa).

El restaurante está en la Calle San Francisco 2, Pinoso (Alicante). Tel. 96 547 80 23. Imprescindible reservar.

6 comentarios:

sushi de anguila dijo...

¡Qué más se puede decir! Paco Gandía debería invitarte a comerte al menos un par de paellas de las suyas después de lo que cuentas y de cómo lo cuentas (que es lo realmente importante) en tu blog. A modo de curiosidad. ¿Recuerdas otras variedades de arroces y algún otro plato principal que te llamara la atención en la carta? Besos, Alboroque

Alboroque dijo...

Al atravesar la puerta ves un menú expuesto(pero es el único momento en que lo ves), incluye carnes y pescados e incluso distintos tipos de arroz. También gazpacho jumillano previo encargo... pero fuimos a "tiro fijo", sin innovaciones, sin sorpresas... yo quería ESE arroz :-D

Gracias por tu comentario ( a ver si fuera verdad y me invitara, jajajajajaja)

@JaviMGomez dijo...

A través del blog del Yayo he llegado hasta aquí... por aquello de navegar y me ha sorprendido gratamente.

Estoy ahora mismo con la boca convertida en agua, literalmente...

Te coloco entre mis webs de visita periódica... me ha gustado mucho el concepto de bitácora...

Enhorabuena y hasta pronto.

sushi de anguila dijo...

Hola, gran javier. ¡Bienvenido!un saludo de quien te quiere y te admira. Nos vemos pronto.

@JaviMGomez dijo...

Grande, don M. es usted un crack... sí señor...

Ahora se diría aquello de internet es un pañuelo, no?

Alboroque dijo...

Bienvenido Javier a leerme siempre que quieras, pero te recomiendo que no lo leas antes de comer o pasarás mucha hambre, jajajaja (ni te cuento cuando los escribo yo)

Saludos