07 septiembre 2007

Viridiana (Madrid)


Digo yo que de vez en cuando uno se tiene que marcar un gran homenaje y elegir un sitio con más nombre, de esos que se visitan cada lustro y a veces ni eso.
Todo el invierno siguiendo las charlas de
Abraham García, había despertado la curiosidad de visitar su restaurante así que aprovechando que pasabamos la última semana del mes en Madrid y que nos habíamos "ahorrado" el viaje internacional del verano, pues reservé mesa allí.

Llegamos bastante puntuales, cosa complicada en Madrid, sobretodo cuando estás en la otra punta. Nos dieron a elegir entre la parte superior (por donde habíamos entrado) o la inferior. Arriba tenía pinta de ser algo más ruidoso y quizá con más movimiento de personas (ya que está la puerta), incluso hacer corriente, pero sin llegar a mirar la parte de abajo, nos sentamos ahí. Y puedo asegurar que era la mejor elección, porque a pesar de todos los "peros" que pudiera pensar, que luego no eran para tanto, allí esta ÉL... el mismisimo Abraham García controlando que cada mesa se encontrara lo más a gusto posible (y a la parte de abajo no llegó a bajar en ningún momento) .
Ya el detalle de que nos recibiera y nos ofreciera como aperitivo el cocktail "Bellini" (con champagne como base), hecho en la casa, y que recomiendo encarecidamente tomar en sustitución de la cerveza inicial, me caló bastante.



Estuvimos mirando la carta, aunque ya tenía varias ideas apriori de sus platos estrella, entre ellos los "Huevos de corral en sartén sobre Mousse de Hongos y Trufas de verano", dejamos que él mismo nos aconsejara sobre los que no aparecían en carta. Por lo que de entrante, al centro, cayeron unos pimientos del piquillo asados por ellos mismos, según palabras del "maestro" relleno de tartar de atún. Cada detalle de los distintos platos enumerados era un compendio de lecciones de gastronomía, que te lleva a pensar que realmente estas a años luz del conocimiento de dicha doctrina.
C. pidió otra insistida recomendación como su segundo, unas brochetas de dos pescados mediterráneos pero poco comunes de nuestras costas, la Corvina y el Pez volador.
Para mi, que a veces me sorprendo de mi cierto clasicismo, pedí una ternera salteada en wok sobre verduras y una salsa de ñoras (dos días lejos de casa y ya echo de menos nuestros aromas).


* Detalle de los pimientos del piquillo rellenos del tartar.

La carta de vinos es tan extensa como cara. Algunas botellas sobrepasaban mi presupuesto en la cena y la de precio más barato, no era por debajo de los 22 euros. Eso sí, variedad toda la que quieras, estuve tanto rato pasando hojas que parecía que estaba leyendo la "Regenta". Me decanté por un Carchelo Altico (esas ñoras necesitaban encontrarse con sus orígenes)

Mi plato quizá no fué la mejor elección de la carta, me pasó más o menos indiferente, cosa que no ocurrió igual con los pimientos y su tartar. De las brochetas, exceptuando que no son aptas para los que no disfruten del fuerte sabor jengibre (somos pocos los que nos gusta), el pescado muy bueno (o por lo menos así me apuntaron).
Antes de la comanda nos pusieron dos aperitivos muy buenos, ambos compuestos por platos de la carta, el gazpacho y un melangé de embutidos de la sierra de Jaen mezclado con frutas y frutos secos.
Cada rato y plato, se nos acercaba el "maestro" comentándonos detalles magistrales de la composición de éstos, que bien hubieran valido una grabación de video-móvil, pero que no consideré el momento.

De postre pedimos el "Clásico helado de Yogur griego al Pedro Ximénez" que, a juzgar por el nombre debe ser todo un clásico y que causó las delicias de C., mayor forofo de los yogures que yo, por lo que al percatarse el "maestro" de ello, me obsequió con una tabla de quesos acompañados de su membrillo y mermelada para que al menos pudiera terminar deleitándome con el vino.

La cena muy buena, el servicio muy bueno, las lecciones interesantes aunque hubiera preferido tener más (una no se cansa nunca de preguntar cosas y en otras mesas se detenía más tiempo).
Así que dentro de 5 años (que es lo que hace un lustro), repetiré, y quizá pida ese menú degustación de 100 euros pero que ya incluyen bastantes platos de la carta y los vinos a beber (otro clásico) y me de aseguraré que ese día me ponga en la parte de arriba y que esté el "maestro" (mientras, me conformaré con los encuentros de los jueves)


El restaurante está en la C/ Juan de Mena 14. Tel. 915234478. Imprescindible reservar

5 comentarios:

sushi de anguila dijo...

Bueno, no me digas que no tuve puntería al casi acertar el sitio, jejejje. Aunque pensé que al final irías a Pan de Lujo, tampoco está nada mal disfrutar de las lecciones del maestro Abraham mientras devoras platos tan excelsos. Te felicito rebosante de sana envidia.

Alboroque dijo...

Efectivamente me quedé sorprendida al ver que de todos los que hay en Madrid te acercaras tan próximamente. Y hubieras acertado de lleno si hubieras sabido que en el "Pan de lujo" ya estuve hace dos años. Se come bien y abundantemente pero ni comparación con este (se notan los años de experiencia)

Saludos

Anónimo dijo...

Viridiana...uno de mis deberes aun no hechos...Cada vez que leo sobre el me recuerda que debo visitarlo!!!

Anónimo dijo...

YO ESTUVE AHI. El tío (Abraham boca)es un Comunicador nato (no me extraña que tenga éxito con sus libros, charlas, etc...) de los que merece la pena escuchar. Para mi, una sorpresa, un nuevo enfoque: pisa poco la Cocina (el trabajo está hecho de antes, equipo tiene) y se centra en el Ruedo: Pequeña Sala, pocas mesas. Platica y comenta la jugada con la clientela que le adora, vende lo que quiere, y además se lo pasa bien. Es extrovertido, hace sus chistes, resuelve dudas, cuenta sus batallas sin ser pesado... Consejo: haz como que entiendes y sabes de todo lo que te habla, para acto seguido poner la oreja si ves que repite la misma historia a los de la mesa de al lado (por repetición se va cogiendo onda, quieras que no; es una técnica que practico desde la EGB y que funciona). No sale como los cocineros tradicionales al final del cotarro a por sus flores. Más bien las reparte él mismo durante el festín, del que participa. En definitiva, un Comerciante Culto, que cual JulioIglesias le gustan las mujeres y le gusta el vino (eso si, menos de derechas). Habrá que volver, para seguir profundizando en la personalidad del Maestro. Eso y sobretodo para comer rico. La comida - de principio a fin - bien merece la pena.

AmiJulio dijo...

hay 3 platos de Abraham que son inmejorables:

1- los huevos
2- el gazpacho (y el tio lo pone de aperitivo, manda huevos)(consejo, nunca lo pidas como plato, de exquisito pasa a empalagoso)
3- el rissoto
4- una vez probé el Kobe allí. Ya no lo trae, para ésto si que no tengo palabras, le pinchabas al filete por un extremo y hacía una ola hasta el otro estremo del filete, eso sí, antes de pedirnoslo, nos dijo el precio 60 € el plato, merece la pena.
dos consejillos más (bueno, 3):

1- cuando diga algún plato con ingrediente murciano, pídele que te cuente la anecdota del terremoto y la sra de Murcia que decía que había oído parir a las paredes
2- ve por las mañanas, te encuentras con Gallardon,la koplowitz, la Campos, Fefe, etc...siempre hay algún personaje
3- pidete elizabeth bofill para beber
4- compra la botela de aceite (unos 18 €) aunque lo puedes encontrar en el Corte Ingles de Murcia....menudas tostadas.