05 diciembre 2008

Casa Sebastián (Jumilla)


En Jumilla, y despues de visitar el Castillo que se levanta en lo alto de una colina y al que se puede acceder en coche (no del todo) por un lateral, o a pie por un empinado camino (solo recomendable para gente en forma), descubrimos que los lunes no hay muchos sitios abiertos para comer.
Preguntamos a un lugareño donde podíamos comer y después de enumerarnos varios restaurantes nos convenció de que fuéramos a comer a este sitio. Eso sí, advirtiéndonos dos cosas, primero que no nos quedásemos en la barra si no que llegásemos hasta el fondo del local sin timidez y que quizá no encontraríamos sitio porque tenía mucha parroquia (eso ya me gustaba).
Buscamos la plaza de abastos donde se ubica y al llegar a la puerta no me convenció mucho.
* La entrada al restaurante

En realidad sólo ves una barra de bar normal y no era la idea que llevaba pero entré y avancé como me dijeron. Y atravesar una puerta abatible, entramos en una sala grande que hacía de comedor. Quedaba sólo una mesa vacía así que tras preguntar si estaba libre nos sentamos.
La sensación que me daba era al estilo comedor universitario, allí todos se conocían, sin una carta fija si no que es un menú del día, formado
por varios entrantes y segundos a elegir. Le cambiaba que la decoración estaba predominada por botellas de vino.
La dueña se acercó a nuestra mesa y mientras nos colocaba los cubiertos y el pan, nos fue detallando aquellos guisos que el cocinero había decidido hacer esa mañana.
No había gazpacho jumillano para mi desilusión aunque optamos por un caldo con pelotas cada uno bien perfecto para estas temperaturas...
De vino un Casa de la Ermita, de la tierra, como no…

Llegó el caldo con pelotas… no, perdona, ¿eran pelotas con caldo? Menudo par de pelotas (y sin perdón de la expresión).
Madre mía como estaban. Riquísimas y el poco caldo que las acompañaban estaba de lujo también.

*Comparadas con una moneda de 20 céntimos

Los dueños pasaban de cuando en cuando por las mesas asegurándose que sus parroquianos no se dejaban nada en el plato.
Ahora los segundos… después de una larga enumeración de platos elegí para mi una sepia a la plancha que pensé que era lo más ligero y para C. unos sesos a la plancha también (100% recomendado por la dueña). Ensalada de la casa, no tomamos (no me gusta pedir comida en exceso aunque vaya incluida porque no me gusta dejármela).
Yo me equivoqué. No estaba mal pero los sesos le ganaban por goleada.


* Los sesos a la plancha

Pedimos postre, porque si no íbamos a quedar como dos inapetentes en ese comedor que, guardando las distancias, recordaba al bar de Cheers porque todo el que entraba se saludaba con sus nombres. Pues eso, una tarta de chocolate que aunque ya estaba a punto del estallido, no iba a dejar de probarla. Deliciosa.
Comimos muy bien, muy barato y con mucha simpatía, por unos 15 euros por cabeza ¿Se puede pedir más?
La dirección es en la Avda. Levante 6, en el mercado de abastos. Telf. 968 780 194
* Dedicado a Tere y su equipo porque aún nos quedan unas cuantas horas juntas :-D

6 comentarios:

Anónimo dijo...

CAsa Sebastian se recomienda por su gran cocina, no por su aspecto.
A

Pale Blonde dijo...

A los compis de mi oficina y a mi nos deben un recorrido cultural-gastronómico por Jumilla...
Daré unas cuantas sugerencias de este blog...
Nena,Enorabuena por esa nominacion a los premios web de "La verdad"!!!El señor Sanchez Ropongui debería estar orgulloso de este tiempo empleado en sugerirnos gastronomía...:-D

Anónimo dijo...

Casa Sebastián es una gozada en todos los aspectoss. Yo hace años tuve la grata experiencia de que también nos recomendaran el restaurante, y desde entonces repetimos siempre que nos acercamos por la Región.

Que sitios como éste no cesen de existir.

@JaviMGomez dijo...

Qué mala hora he elegido para meterme en tu blog... esas pelotas sin duda tienen una pinta cojonuda.

Un saludo!

Unknown dijo...

Hay que probar también otros platos que ofrecen de primero: dabada, manitas de cerdo, ...

Conch dijo...

Alboroqueeeeeeeee, lo tuyo es muy fuerte! Se me olvida decírtelo cuando te veo, jolín.

VUELVE.