Las cocinas del Bulevar
Es un restaurante situado en la parte interior de un bar/cafetería que hay en la misma plaza. Entras y al fondo, bajas las escaleras y accedes al sitio cuya decoración se caracteriza por su aire moderno.
Luces blanquecinas que sobre salen del suelo, lámparas rojas en techo de fácil movilidad según comensales en la mesa, sillas de color transparente (muy cómodas por cierto). Mezcla de color oscuro de las paredes con gresite de color verde pistacho hacía la zona de la cocina. Un piano de cola de color negro situado al bajar la escalera.
Con nuestra mesa para 7 reservada, nos fuimos acomodando y mirando la carta, amplia y con una gran variedad de platos de nombres más que sugerentes, mientras nos tomábamos la primera cerveza.
Ante la duda de si pedir platos de entrantes a compartir y cada uno un segundo, y debido a la cantidad de cosas distintas que queríamos probar, nos decidimos por un menú, a mesa completa de 35 euros (sin bebida), que llevaba bastante de las cosas que queríamos.
La carta también ofrece otros dos menús de menor precio a compartir a mesas completas, pero este mayor era el que llevaba más variedad y platos al gusto de todos.
De beber, un Valtosca del 05 (como tiene que ser)
Del menú nuestro, el cual fue servido impecablemente, me cuesta recordar todos los platos, pero destacaría el jamón ibérico, acompañado de almendras Versase (si, así como suena), con un tono de color dorado que no disimulaban su sabor original, también la ensalada con salmón, frutas y una nube de queso azul.
Nos gustó el revuelto de ajetes con patatas paja y para el entrecote de buey, que ya venía presentado en trocitos pequeños, se hizo hueco para poder probarlo.
De postre una tarde de chocolate con crema de toffe y helado de fruta de la pasión, que para resaltar su sabor recomiendo probar todo mezclado.
Con los cafés, nos pusieron unas galletitas de frambuesa y unas trufas de chocolate rellenas de naranja amarga que para los golosos era un autentico vicio.
Después, decidimos tomar una copa en el bar de arriba, con sólo subir la escalera, ya podíamos tomar distintos tipos de coktailes o copas normales. Lo cual, teniendo en cuenta de que en Murcia llovía (cosa que últimamente está dejando de ser un fenómeno extraño) y que luego tardamos un rato largo en decidir a que sitios vamos, y nos vamos encontrando los bares llenos, nos vino muy bien.
Recomendado para la gente que le guste innovar, que le guste los sitios de inspiración neoyorkina y modernos.